Vuelve a sonreír

Ya nadie lo volteaba a ver, tuvo que regresar a su país para sentirse cómodo. Con su ambiente, con su música, con sus amigos, con su gente. Europa ya no era para él, pese a que en algún momento no solo al viejo continente sino a todo el mundo lo tuvo a sus pies.

Gremio y PSG fueron solo el preludio de lo que podía hacer. En el Barça dio su salto definitivo de la mano de los títulos y unos compañeros de orquesta destacados. Cuando los tres nominados al Balón de Oro del año pasado aún se maravillaban de él como unos espectadores más. Regates, bicicletas, fintas, chilenas, tiros libres, asistencias, goles, más goles y un espectáculo impresionante. Había momentos en el Camp Nou donde no importaba como fuera el marcador, lo llamativo era el show de Ronaldinho.

Pero un día decidió apagarse. Su último gran gol con la camiseta azulgrana fue una chilena en el Vicente Calderón. No hubo más. Parrandeaba, llegaba tarde, no entrenaba, no encaraba, sus tiros ya no pasaban la barrera, ya no sonreía igual. Rijkaard no supo cómo detener su declive hasta que Guardiola decidió que el brasileño ya no tenía lugar en el equipo.

Su destino fue Milán, con el club rossonero. Berlusconi y Galliani lo presionaban porque volviera a ser el mismo, pero Dinho estaba en un proceso para darse cuenta que él quería volver a sus orígenes. Le costó hasta la titularidad por meses, aunque el amor propio y la lluvia de críticas lo elevaron para despegar hacia una mejora. Y regresó, volvió a ser la figura, el crack conocido por todos, líder del equipo. Pero el proceso había concluido, era momento de dejar ese horrible número 80.

En enero del presente año se fue. No cambió de colores, solo las franjas verticales por horizontales y nueve mil kilómetros de distancia. San Siro por el Joao Havelange. El Flamengo lo recibió con los brazos abiertos para que el jugador siguiera su proceso, recuperara la alegría y su futbol.

La adaptación no ha sido instantánea, pero eso sí, fue artífice con el gol del título para su equipo en la Copa Guanabara. Y ahora en el Brasileirao recién comenzado está ofreciendo su mejor versión nuevamente. Es el crack de la liga, eclipsando a Neymar y ayudando su equipo a competir con el “imparable” Corinthians por la punta del campeonato. La gente ya lo pide de nuevo para la Canarinha, con la excusa del fracaso en la reciente Copa América, el único que puede brillar en esa posición por ahora es Ganso, pero el juvenil no ha podido con el paquete, por la lesión que aún arrastra y la inexperiencia.

Ronaldinho, se complementa ahora con Thiago Neves, Deivid, Bottinelli y es en este momento el goleador del torneo con nueve goles en trece partidos jugados. El mejor jugador del mundo a mediados de la década pasada está de regreso con su mejor versión, y lo mejor de todo: está volviendo a sonreír.

@dortizsc

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