Competir

Jugaron poco más de 120 minutos y ninguno pudo anotar. Se dice que el gol es consecuencia de errores defensivos, si todos los jugadores jugaran perfecto todos los partidos terminarían 0-0, aunque en realidad cuando vemos ese tipo de marcadores normalmente es porque las fallas fueron demasiadas o en sí, ni siquiera hubo creación de suficientes oportunidades de gol. Ayer Italia y España jugaron un partidazo, claro que hubo errores, fallas en marcación y en remates, pero ha sido un empate sin goles con un gran nivel futbolístico y táctico principalmente.

Al final han sido los penales los que han decidido quién pasa a la final de la Copa Confederaciones contra el local, Brasil. Y hasta eso, tuvo que ser en la muerte súbita ya que no se veía quién sería el que fallara su disparo hasta que penosamente ha sido Leonardo Bonucci el señalado y Jesús Navas el que ha inclinado la balanza para los ibéricos.

España siempre buscará jugar bien, pero hasta cuando se lo impiden es competitivo. Su época pasa por lo primero, su hegemonía por lo segundo. Actuales bicampeones europeos, campeones del mundo, próximos campeones de Confederaciones – con el permiso de los brasileños – y favoritos a reinarlo todo hasta que se cansen, pierdan la confianza o ese factor tan poco medible que es la suerte, porque sí, tantos años la suerte les dio la espalda que ahora que la tienen se abrazan y amparan a ella con todas sus fuerzas.

La Italia de Cesare Prandelli se ha olvidado del catenaccio para jugar aún, un futbol bastante físico pero también más alegre buscando avanzar con buen trato de balón o balones largos con sentido a los espacios principalmente a los extremos y no hacia el punta a que dispute un cabezazo. Evitaron que Xavi y Silva aparecieran en zonas decisivas, aunque con quien no pudieron y con razón, porque pocos pueden con él, es con Andrés Iniesta, que antes de recibir el balón ya activa sus ideas para encontrar combinaciones, espacios, movimientos, todos ellos al tiempo justo para causar peligro o en otras ocasiones, para congelar la jugada y mover a la defensa rival. La cadencia con la que ‘el Cerebro’ se mueve es exquisita.

Italia carece de jugadores diferenciales en tres cuartos de cancha hacia adelante. No hay un Baggio, Del Piero o un Totti. Por la fuerza y oportunismo está Balotelli y podría estar Rossi para la velocidad pero llevando mucho tiempo lesionado no fue considerado para este torneo, pero sí algo le falta a la Azurra es el socio perfecto de Pirlo diez metros más adelante. Aun así, crearon ocasiones a la sólida defensiva española que se empleó a fondo con grandes cruces milagrosos de Ramos y de Piqué, que en realidad también terminó siendo un ‘falso 9’ en el área italiana por sus sorpresivas llegadas al ataque. Un derroche físico impresionante. Por esos detalles se notaba que el que más lo quería ganar era el cuadro español. Vicente Del Bosque movió sus fichas también, atacando con Navas las subidas de Giacherinni, Juan Mata moviéndose a los vacíos que creaba Iniesta y con la sorpresa de Javi Martínez como hombre más adelantado.

Y así, con el empuje y con el tino en los tiros penales – sin contar con la normal atajada de Casillas – superan a Italia en una épica semifinal. España más que jugar bien, es el equipo que mejor compite desde hace varios años. Del Bosque hará su trabajo para mantener insaciable la sed de triunfo y que estén a su máximo nivel en las grandes ocasiones, y cuando se les complica aparecen sus héroes como Iker, Iniesta, Villa o ahora el conjunto y además, la suerte, esa que llega como consecuencia de competir como los mejores.

Nos vemos en Twitter: @dortizsc

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